Las manchas y las arrugas en la cara suelen ser incómodas, pero hay tratamientos que pueden reducirlas. Uno de estos es el peeling facial. A continuación, descubre de qué se trata, sus características, beneficios y riesgos.
Este tratamiento, a través de la exfoliación, mejora la textura, la suavidad y la tonalidad de la piel. La palabra peeling proviene del inglés peel, que significa pelar. En este sentido, se provoca la descamación de la piel con sustancias químicas para renovar sus capas (Stokes, 2022). Es decir, al arrastrar las capas superiores de cutis, se da lugar al crecimiento de una piel más lisa.
¿Para qué sirve el peeling facial?
Este procedimiento está diseñado para mejorar la piel fotoenvejecida. Algunas de sus indicaciones son (Whelan, 2022):
- Piel con pliegues y arrugas.
- Manchas oscuras.
- Marcas producidas por el sol.
- Cicatrices de acné.
- Melasma por embarazo.
- Envejecimiento de la piel.
¿Cuáles tipos de peeling facial existen?
El objetivo de este tratamiento es mejorar la apariencia de la piel, al reducir manchas de la edad y unificando el tono de la piel. Dependiendo de la profundidad del tratamiento, se clasifica en tres tipos de peeling. Estos son (NHS, 2022):
- Superficial: el clásico exfoliante, en formato gel. La solución se aplica sobre la piel y, al lavarte la cara, arrastra las células superficiales con impurezas, sebo, puntos negros e, incluso, restos de maquillaje. Su gran ventaja es que te lo puedes aplicar en casa.
- Medio: se eliminan las células de la epidermis y de partes de la parte superior de la piel (dermis). Se utiliza para tratar las arrugas, las cicatrices del acné y el tono desigual de la piel. Es posible que debas repetir el procedimiento para lograr o mantener el resultado deseado.
- Profundo: el más agresivo, pues utiliza un químico de alta resistencia. Solamente se utiliza para tratar problemas avanzados, como arrugas profundas, daños provocados por el sol, cicatrices bien marcadas y manchas hiperpigmentadas (Stokes, 2022).
Recuperación de la piel y resultados
El resultado de un peeling facial variará según el tipo de exfoliación que te realices. De la siguiente manera (Whelan, 2022):
- Superficial: el cutis estará levemente rojizo e irritado, tardará 7 días en curar. Notarás mejoría en la textura y el tono de la piel.
- Medio: tu cara estará inflamada y rojiza, notarás leves molestias. Normalmente se forma una costra que irá cayendo en forma de pellejo. En un plazo de 7 a 14 días, tendrás una piel suave, con una igualdad de tonalidad y se habrán minimizado las líneas de expresión.
- Profundo: tu cutis estará hinchado y enrojecido, sentirás ardor y palpitación. Las molestias se pueden aliviar mediante analgésicos. Durante dos semanas, deberás mojar e hidratar la piel. Luego, notarás la mejoría y las zonas tratadas tendrán una nueva, tersa e iluminada piel, minimizando arrugas acentuadas y cicatrices.
Posibles riesgos del peeling
Del mismo modo que este tratamiento ofrece grandes beneficios en la piel, también tiene algunos riesgos. Estos son:
- Oscurecimiento o aclaramiento de la piel, que podría ser permanente.
- Cicatrización por mala técnica y riesgo de infección.
- Mayor sensibilidad al sol a medida que sana.
Por ello, recuerda que es importante visitar un especialista médico y consultar cómo reducir el riesgo de sufrir efectos secundarios y complicaciones (NHS, 2022).
Ahora que conoces sobre el peeling facial y sus consideraciones, te invitamos a que continúes informándote de otros temas interesantes; descubre qué es el sérum y los beneficios del té verde.